Los resultados de un nuevo estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, muestran que las personas infectadas con el virus que causa la COVID-19 exhalan virus infecciosos en su aliento, y que las infectadas con la variante Alfa (la cepa dominante que circulaba en el momento en que se llevó a cabo este estudio) ponen entre 43 y 100 veces más virus en el aire que las personas infectadas con las cepas originales del virus.
Los investigadores también descubrieron que las telas holgadas y las mascarillas quirúrgicas reducían la cantidad de virus que entraba en el aire alrededor de las personas infectadas en aproximadamente la mitad, según publican en la revista 'Clinical Infectious Diseases'.
"Nuestro último estudio proporciona una prueba más de la importancia de la transmisión por el aire --destaca el doctor Don Milton, profesor de salud ambiental en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland (UMD SPH)--. Sabemos que la variante Delta que circula ahora es aún más contagiosa que la variante Alfa. Nuestra investigación indica que las variantes siguen mejorando en su viaje por el aire, por lo que debemos proporcionar una mejor ventilación y usar máscaras ajustadas, además de la vacunación, para ayudar a detener la propagación del virus".
La cantidad de virus en el aire procedente de las infecciones de la variante Alpha era mucho más -18 veces más- de lo que podría explicarse por las mayores cantidades de virus en los hisopos nasales y la saliva.
Uno de los autores principales, el estudiante de doctorado Jianyu Lai, explica que "ya se sabía que el virus en la saliva y los hisopos nasales aumentaba en las infecciones de la variante Alfa. El virus de la nariz y la boca podría transmitirse mediante la pulverización de grandes gotas cerca de una persona infectada. Pero nuestro estudio muestra que el virus en los aerosoles exhalados aumenta aún más", resalta.
Estos importantes aumentos del virus en el aire de las infecciones por Alpha se produjeron antes de la llegada de la variante Delta e indican que el virus está evolucionando para viajar mejor por el aire.
Para comprobar si las mascarillas funcionan a la hora de impedir que el virus se transmita entre las personas, este estudio midió la cantidad de SARS-CoV-2 que se respira en el aire y comprobó la cantidad de virus que exhalaban en el aire las personas enfermas de COVID-19 después de ponerse una mascarilla de tela o quirúrgica.
Las cubiertas faciales redujeron significativamente las partículas cargadas de virus en el aire alrededor de la persona con COVID-19, reduciendo la cantidad en aproximadamente un 50%, pero el paño suelto y las mascarillas quirúrgicas no impidieron que el virus infeccioso pasara al aire.
La doctora Jennifer German, una de las coautoras, apunta que "los mensajes que se pueden llevar a casa de este trabajo son que el coronavirus puede estar en tu aliento exhalado, está mejorando para estar en tu aliento exhalado, y el uso de una máscara reduce la posibilidad de que lo respires en otros".
Esto significa que para proteger a las personas que trabajan de cara al público y en espacios interiores es fundamental adoptar un enfoque por capas de las medidas de control (que incluya una mejor ventilación, mayor filtración, saneamiento del aire con rayos UV y máscaras ajustadas, además de la vacunación).