Hasta el momento sigue sin esclarecer del todo por qué se forma este único fenómeno de bioluminiscencia oceánica.
Desde el siglo XIX, los marineros han hablado de un impresionante fenómeno conocido como mar de ardora (o 'mar lechoso'). Se trata de enormes manchas de agua brillante o fosforescente que a veces persisten durante varias noches seguidas y pueden abarcar más de 100.000 kilómetros cuadrados. En 2005, el fenómeno pudo ser finalmente confirmado desde imágenes satelitales. Se forma normalmente en lugares remotos y es completamente imprevisible, por lo que es difícil estudiarlo.
Estos mares luminosos tienen un brillo uniforme, generalizado y de larga duración. Entre 1915 y 1993 se catalogaron más de 200 casos del fenómeno. Solo en una ocasión, en 1985, un buque de investigación consiguió atravesar uno en el mar de Arabia. El agua que recogieron contenía, entre otros organismos, una bacteria marina bioluminiscente. Se cree que esa bacteria es la que causa el misterioso resplandor, pero algunas características del fenómeno quedaban sin explicar.
Ahora, en un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports, científicos de la Universidad Estatal de Colorado (EE.UU.) han estudiado el fenómeno en más detalle con el uso de datos satelitales recopilados durante casi una década.
Los investigadores pudieron observar este raro fenómeno bioluminiscente mediante instrumentos especiales a bordo de los satélites meteorológicos Suomi NPP y NOAA-20, que recopilan imágenes utilizando un sofisticado conjunto de sensores. Uno de esos instrumentos es capaz detectar fuentes de emisión de baja luminosidad durante la noche bajo una variedad de condiciones de iluminación.
"Como el capitán Ahab de 'Moby Dick' [novela de Herman Melville], la búsqueda de estos mares bioluminiscentes ha sido mi especie de 'ballena blanca' personal durante muchos años", dijo Steve Miller, director del Instituto Cooperativo de Investigación en la Atmósfera de la universidad estadounidense y autor principal del estudio.
En la mayoría de los casos, el fenómeno fue avistado en el noroeste del océano Índico frente a las costas del Cuerno de África y en las aguas que rodean Indonesia. Aparece como una mancha brillante persistente en el océano por la noche y se mueve con las corrientes oceánicas.
Al analizar cuidadosamente las observaciones satelitales de tres lugares donde a menudo se informan mares de ardora, Miller y su equipo localizaron 12 casos de este fenómeno entre 2012 y 2021. Los investigadores descartaron otras fuentes de emisión de luz y utilizaron sofisticadas técnicas para encontrar las estructuras bioluminiscentes persistentes.
El estudio reveló que los mares luminosos parecen resonar con los monzones en el noroeste del océano Índico, que producen afloramientos fríos de agua rica en nutrientes, pero no se observó esta asociación en la región del sudeste asiático, ubicado entre los océanos Índico y Pacífico, por lo que se sugiere que algún otro proceso podría estar afectando la aparición del fenómeno en esta zona.
Además, se descubrió que la bioluminiscencia se mantenía estable y constante en aguas agitadas, lo que no ocurriría si el brillo se limitara a una mancha superficial.
"Los mares de ardora son expresiones maravillosas de nuestra biosfera cuyo significado en la naturaleza aún no hemos comprendido", concluyó Miller.