El descubrimiento se realizó en muestras de sedimentos obtenidas del fondo del abismo Challenger, en la fosa de las Marianas, a unos 11 kilómetros por debajo de la superficie marina.
Los misterios que se esconden en las profundidades marinas han dado lugar a mitos y leyendas que giran en torno a enormes criaturas que solo los más osados marineros han observado. Estas historias, aunque ficticias en esencia, han resultado ser verdaderas en algunos casos, tal y como lo comprobó un equipo de investigación chino que descubrió una serie de virus gigantes que habitan en el fondo de la fosa de las Marianas, el lugar más profundo de Tierra.
Según informó la Academia China de Ciencias en un comunicado, el buque de investigación avanzada Zhang Jian obtuvo muestras de sedimento marino del abismo Challenger —a unos 11.000 metros de profundidad— y en ellas un equipo de científicos identificó una abundancia "relativamente alta" de virus gigantes pertenecientes principalmente a la familia 'Mimiviridae' y 'Phycodnaviridae', que pueden superar en tamaño a algunas especies de bacterias.
Algunas especies de mimivirus, que conforman cerca del 4 % del total de la población viral muestreada por los investigadores, pueden llegar a medir hasta 700 nanómetros de ancho, por lo que pueden ser observadas a simple vista. Además, cuentan con un genoma sumamente complejo de más de 1,2 millones de pares de bases, una cantidad superior a otras familias de virus.
A pesar de que se han encontrado familias de virus gigantes en otros ecosistemas, su presencia parece ser más abundante en el fondo de la fosa de las Marianas, en donde soportan una presión extremadamente alta, cercana a las 11.000 atmósferas, bajas temperaturas que varían entre los 2 y los 4 grados Celsius, así como bajas concentraciones de oxígeno y falta de nutrientes orgánicos, explican los científicos en un estudio publicado recientemente en la revista Genome Biology.
Asimismo, de las muestras obtenidas por el Zhang Jian los académicos lograron secuenciar el genoma de más de 100 clases de microorganismos, y consiguieron criar más de 2.000 cepas distintas de microbios en un laboratorio en el que crearon un entorno de alta presión similar al de su hábitat. Entre ellos, fueron descubiertos al menos 19 nuevas especies de bacterias y 3 nuevas especies de hongos.