El líquido amniótico es la sustancia que rodea al feto dentro del saco amniótico. El líquido amniótico cumple un papel fundamental en el desarrollo. Debido a su importante papel, el líquido amniótico se puede emplear en medicina para obtener datos acerca de la salud y el desarrollo del feto.
¿Qué es el líquido amniótico?
El líquido amniótico es un fluido de color claro, casi transparente, aunque con un tono amarillento. Es normal que también presente algunas leves manchas de sangre. Esta sustancia comienza a producirse a los 12 días de gestación. Luego aumenta de forma progresiva hasta alrededor de la semana 34.
Después disminuye un poco y las membranas se rompen cuando comienza el trabajo de parto en la conocida rotura de aguas.
Los principales problemas asociados al líquido amniótico tienen que ver con su volumen.
Líquido amniótico insuficiente
La falta de líquido hace que el feto tenga menos espacio para moverse sin obstáculos. Si esta situación se mantiene por algún tiempo también es posible que haya detención en el desarrollo pulmonar, ya que el feto inhala y exhala esta sustancia. El problema puede ser causado por deshidratación de la madre, alteraciones con la placenta y rotura prematura de membranas.
Exceso de líquido amniótico
El mayor riesgo de esto es que se presente un parto prematuro, por lo que requiere de un seguimiento médico minucioso. El exceso de líquido amniótico es provocado por diabetes gestacional, con frecuencia, o por anomalías en el feto.
Fugas de líquido amniótico
Se presentan cuando hay pérdidas de líquido amniótico durante el embarazo. Si aparecen antes de la semana 37 se denominan ruptura prematura de membranas. En algunos casos requiere hospitalización y tratamiento con medicamentos para acelerar la maduración pulmonar del feto. El médico podría recomendar la inducción del parto si el mismo no se inicia 24 horas después del evento.