Las infecciones respiratorias por virus oxidan nuestras células

Muchas de las enfermedades pulmonares son debidas a infecciones víricas. Muy especialmente, las provocadas por el virus de la influenza: son altamente contagiosas, causan infecciones de las vías respiratorias superiores e inferiores y, en Estados Unidos, provocan nada menos que 200.000 hospitalizaciones y 36.000 muertes al año, a pesar de las vacunaciones a gran escala y del tratamiento antiviral.


La infección por virus en las vías respiratorias tiene un impacto clínico y un efecto oxidativo en las células respiratorias. Ahora bien, ¿cómo actúan los virus cuando infectan nuestro árbol respiratorio? "Producen inflamación y muerte celular mediante mecanismos que involucran la formación de especies reactivas de oxígeno (iones de oxígeno, radicales libres y peróxidos) por las células inflamatorias e inmunes como eosinófilos, neutrófilos, macrófagos alveolares, mastocitos, linfocitos y monocitos. Estas especies reactivas ocasionan daño en los tejidos a través de diferentes mecanismos, como el deterioro protéico, la peroxidación lipídica, la estimulación de citoquinas proinflamatorias liberadas por monocitos y macrófagos, daño en el ADN y la oxidación de enzimas importantes en el organismo", detalla Julio Cortijo, catedrático del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Valencia.


CUESTIÓN DE DÉFICIT

Por un lado, está el impacto clínico de las infecciones respiratorias por virus, que provoca la inflamación del tracto respiratorio, con la producción de moco y las consiguientes complicaciones. Por otro, está el efecto oxidativo sobre las células respiratorias, que causa lesiones celulares y posibles complicaciones en patologías respiratorias basales de los pacientes. "La infección viral se asocia con un déficit en el equilibrio entre la exposición a oxidantes exógenos y los antioxidantes endógenos que se denomina 'estrés oxidativo'. Estos procesos mal tratados o mal curados pueden a la larga desembocar en otras enfermedades respiratorias más complicadas", concreta el catedrático.

No obstante, nuestro afectado tracto respiratorio cuenta una defensa antioxidante con un papel relevante: el glutatión, que es limitado y, a medida que envejecemos, nuestro cuerpo cada vez produce menos. "Es un poderoso antioxidante presente de forma natural en nuestras células. Su función es la protección celular del estrés y el daño oxidativo, y para ello actúa como neutralizante de las especies reactivas de oxígeno producidas en el pulmón", detalla Cortijo. Por eso la acetilcisteína, como precursora natural del glutatión, resulta una buena aliada antioxidante y protectora de nuestras vías respiratorias frente a las consecuencias de la agresión viral.


EFECTO ANTIOXIDANTE

"La administración oral de N-acetilcisteína (NAC) produce inicialmente su absorción en el tubo digestivo y posteriormente su metabolización a cisteína, que es un precursor directo en la síntesis de glutatión (GSH) intracelular. De esta manera, la NAC actúa como antioxidante al restaurar el glutatión reducido intracelular (GSH), que a menudo está agotado como consecuencia del aumento del 'estrés oxidativo' en la inflamación. La N-acetilcisteina también puede tener una acción como agente reductor y antioxidante, actuando como un eliminador directo de radicales libres, restaurando el estado redox celular y modulando la actividad de las vías de señalización y transcripción celular, sensibles a redox, como el factor de transcripción nuclear (NF-kB), que regula una variedad de genes proinflamatorios", asegura el experto.

La N-acetilcisteína es un fármaco mucolítico habitualmente utilizado en pacientes con alteraciones respiratorias agudas asociadas. También tiene funciones antioxidantes y citoprotectoras que han demostrado ser útiles en el manejo del estrés oxidativo. Estas capacidades son directas, por su radical SH libre, o indirectas, mediante un efecto proglutatión en el que la NAC proporciona la L-cisteína necesaria para la síntesis del GSH. Gran parte de su impacto positivo en el tratamiento de alteraciones respiratorias se debe a estos efectos antioxidantes directos e indirectos y de protección celular.

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