¿Cómo diferenciar el dolor lumbar y el dolor renal?

Algunas personas confunden el dolor de riñón con un simple dolor de espalda. Sin embargo, existen algunas diferencias entre los dos que vale la pena considerar. Hoy en Saludable Vida te presentamos en detalle el contenido más relevante.



¿Ha pensado alguna vez en la diferencia entre el dolor lumbar y el dolor de riñón? En primer lugar, cabe señalar que el dolor en y alrededor de la zona de la cintura es uno de los principales motivos de consulta médica. Debido a la estrecha distancia entre la columna y los riñones, en muchos casos, es posible confundir el origen de las dos enfermedades.

Los aspectos relacionados con la ubicación, la sensación general y algunos síntomas relacionados son relativamente sutiles, lo que permite a los médicos detectar la causa. También es importante que los pacientes comprendan la causa y las posibles complicaciones. 


Distinguir el dolor lumbar del riñón por ubicación

Si bien tanto el dolor de espalda como el dolor de riñón pueden causar molestias en la parte posterior del cuerpo, aún existen algunos factores que nos permiten distinguirnos unos de otros. Por ejemplo, en relación con la columna lumbar, el dolor de espalda tiende a estar en el medio.

Al mismo tiempo, cuando el origen de la emoción se atribuye a los riñones, el foco del dolor es más lateral. Como todos los tipos de dolor en el cuerpo, estos dolores irradiarán.

Dado que la mayoría de los tejidos y órganos se ven afectados por el sistema nervioso, ciertos estímulos pueden activar varias fibras en la distancia.


En este caso particular, el cólico renal (dolor causado por la obstrucción del tracto urinario) tiende a irradiarse hacia adelante. Puede afectar la parte media del abdomen y la ingle y los testículos pequeños. El dolor lumbar también puede emanar, aunque depende en gran medida de la fuente del dolor.

Por ejemplo, la inflamación o compresión del nervio ciático o del nervio ciático (la ocurrencia más prolongada en el cuerpo humano en el área de la cintura y que se extiende a la pierna correspondiente) también puede extenderse. Nacía en la zona lumbar y causaba fuertes dolores en la parte posterior de una de las piernas, que se agravaban con el ejercicio.

En la mayoría de los casos, el sentimiento es unilateral. En raras ocasiones, la inflamación de los riñones o de las raíces de las vértebras provoca malestar en ambos lados. De cualquier manera, se puede realizar un examen físico específico durante la evaluación médica para detectar la fuente del dolor.


Diferenciar el dolor de espalda al dolor de riñón, por el tipo de dolor

La sensación puede variar, según el origen del dolor y el mecanismo involucrado. Se refiere a la frecuencia e intensidad de activación de las terminaciones nerviosas, que son estructuras especiales en la estimulación que capturan el dolor visceral.

Cuando el dolor lumbar es una causa mecánica, generalmente se agrava con movimientos repentinos y muy específicos. Esto incluye lo siguiente:

- Al pararte de la silla.

- Cuando haces ejercicio moderados o altos.

- Bailando.

- Estar en la misma posición durante mucho tiempo.

Al mismo tiempo, el dolor de riñón tiende a aparecer constantemente. Independientemente del motivo, el sentimiento suele ser duradero. En algunos pacientes, caminar durante unos minutos puede reducir el dolor, que está relacionado con el movimiento de las piedras.


En ambos casos, el paciente puede describir el dolor de la siguiente manera:

- Intermitente: el dolor se produce de forma espontánea y durante los ataques.

- Una sensación de opresión: cuando sienten que algo los oprime desde el exterior.

- Urente: La frecuencia es menor. Cuando se combina con cualquiera de los anteriores, algunos pacientes pueden experimentar una sensación de "ardor".


Diferenciar el dolor de espalda del dolor de riñón por la duración del dolor

Un aspecto efectivo de cualquier tipo de dolor es que mientras persista la causa, el sentimiento siempre existirá. Por tanto, es importante comprender el mecanismo del dolor.

Cuando los riñones están infectados, generalmente aparecen cálculos en el tracto urinario. Estos pueden ser de tamaño variable y la intensidad del dolor variará según la ubicación y la extensión de la obstrucción. Esta sensación puede persistir hasta que ceda la inflamación asociada.

Sin embargo, cuando la causa es una posible infección, como la pielonefritis, las cosas no son tan sencillas. Aquí se estimulan las fibras nerviosas, por lo que solo la intervención terapéutica (o la acción eficaz del sistema inmunológico del paciente) puede solucionar esta situación.


El dolor lumbar implica el mismo principio. Suele haber algunos cambios anatómicos para ajustar la estimulación nerviosa. Esto puede provocar una compresión significativa o un apretón, que puede empeorar cuando el paciente se encuentra en una determinada posición.

En este caso, el dolor suele resolverse adoptando determinadas posturas. Sin embargo, debido a que las razones aún existen, en muchos casos, solo el tratamiento quirúrgico es una opción viable. Cuando la cirugía no puede estar indicada, se deben recetar medicamentos fuertes para aliviar las molestias.


Causas de dolor de espalda y dolor de riñón.

Hay muchos tipos de enfermedades que pueden causar estos dolores, por lo que, como se describe a continuación, es mejor considerarlas en términos de su origen.


Cuando el origen es el riñón

Esta sensación puede deberse a problemas obstructivos o inflamatorios. A veces, estos dos mecanismos pueden coexistir, por ejemplo, en las infecciones del tracto urinario superior causadas por cálculos. Pero antes de explicar este apartado, es necesario conocer la anatomía del tracto urinario.

Consiste en riñones a ambos lados de la columna lumbar, que reciben un importante flujo sanguíneo. Una estructura (llamada uréter) que nace en forma de catéter de estos órganos convergerá en la vejiga.

Un nuevo tubo llamado uretra emerge de la vejiga, lo que permite que la orina se escape a través de los genitales externos hacia el exterior. Los problemas obstructivos implican la presencia de elementos que impiden el flujo normal de orina.


Casi siempre se calculan y sus fuentes y factores de riesgo son diferentes. Cuando la orina se acumula y la pared de la uretra se dilata, comienza el dolor.

Las lesiones inflamatorias involucran infecciones del tracto urinario. Si solo afectan a los riñones, pueden estar muy altos. O bajas, si afectan al resto de la anatomía mencionada. La primera se llama pielonefritis y suele ser la más grave.


Cuando el origen es lumbar

El dolor lumbar inflamatorio y mecánico se puede dividir en dos categorías. Aunque la anatomía de la columna lumbar es completamente diferente, los mecanismos involucrados son muy similares a los descritos en el apartado anterior.

Lo más importante que debe saber es que la columna está formada por un conjunto de pequeños huesos llamados vértebras, que están articulados en un eje vertical. Son "atravesados" por la médula espinal, desde la cual los nervios de todo el cuerpo entran y pasan a través de los huesos.


Al ocupar un espacio tan pequeño, cualquier defecto anatómico puede causar dolor fácilmente. El dolor lumbar mecánico incluye una variedad de enfermedades, como hernia de disco, osteoartritis y estenosis espinal.

Las deformidades de la columna, como la cifosis y la escoliosis, a menudo causan estos síntomas. Muchas de las enfermedades mencionadas anteriormente requieren cirugía, y los especialistas que se especializan en este trabajo son los neurocirujanos.


En cuanto a la patología inflamatoria, existen muchas enfermedades que también pueden afectar a diversas articulaciones y otros órganos. Este es el caso de la espondilitis anquilosante, la artritis psoriásica y el síndrome de Wright. La última condición, también llamada artritis reactiva, está relacionada con la inflamación de la uretra y la conjuntiva.


Síntomas relacionados

En la práctica médica, especialmente en los servicios de emergencia, la necesidad de distinguir entre dos tipos de dolor es muy común. Por lo general, el que más se relaciona con los síntomas es que se origina en los riñones.

Esto suele estar relacionado con los antecedentes personales o familiares de la piedra, incluso desde la infancia. Si no conoce este detalle, suele tener hábitos alimentarios, como una gran ingesta de bebidas carbonatadas, que pueden favorecer la aparición de enfermedades.


En presencia de infecciones relacionadas, los síntomas son muy obvios, incluidos los siguientes síntomas:

- Dolor.

- Picazón.

- Ardor al orinar.

- Nauseas.

- Vómitos

- Mareos

- Fiebre.

- Presencia de sangre en la orina.

- Entre otros cambios.

En este caso, el médico puede ordenar una simple prueba de orina y una ecografía del riñón para completar el diagnóstico.


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