El dolor lumbar afecta a nueve de cada diez personas en su vida. Hoy en Saludable Vida te enseñamos las causas, síntomas, prevención y tratamiento.
Como señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades musculoesqueléticas son la principal causa de discapacidad en el mundo. Aproximadamente 1,71 millones de personas en el planeta padecen algún tipo de enfermedad musculoesquelética y todo lo que conlleva. El dolor lumbar o el dolor de espalda es la principal prioridad de este tipo de enfermedad, con una prevalencia de 568 millones en cualquier momento y lugar.
El dolor de espalda es la principal causa de discapacidad en 160 países / regiones, porque puede limitar en gran medida la movilidad, las habilidades, la participación social y las capacidades laborales de las personas que lo sufren, lo que parece interesante. Desafortunadamente, los estudios estadísticos estiman que si sobrevivimos el tiempo suficiente, hasta el 90% de los humanos sufrirán algún tipo de dolor lumbar en su vida.
Con estos datos no tenemos la intención de asustar a nadie: solo es necesario vincular el patrón epidemiológico de esta enfermedad con los antecedentes, y se puede suponer que, nos guste o no, todos tenemos mucha probabilidad de sufrir (o ha sufrido) La hipotensión aguda ataca el dolor de espalda en algún momento. Si quieres saber qué causa esta enfermedad, cómo tratarla, cómo tratarla y los posibles mecanismos de prevención, continúa leyendo.
¿Qué es el dolor lumbar?
El dolor lumbar se define como una de las enfermedades musculoesqueléticas más comunes en la sociedad. El síntoma clínico principal que caracteriza el dolor lumbar es que el dolor se concentra en la última parte de la columna entre la caja torácica inferior y la zona ósea (la zona lumbar, de ahí el nombre). En ocasiones, también daña la zona del músculo glúteo, lo que provoca una disminución significativa de la función motora del paciente.
Cada tipo de lumbalgia es diferente, por lo que es difícil definir esta imagen clínica de manera uniforme y precisa. El dolor puede ser gradual o repentino, de mayor o menor intensidad, con afectación sistémica o local, y variar según muchos otros parámetros. En cualquier caso, la lumbalgia se puede dividir en tres categorías según el tiempo que tarde:
- Agudo: equivalente al 80-90% de los casos. Dura menos de un mes, hasta 4-6 semanas, y generalmente desaparece por sí solo.
- Subaguda: dura de 1 a 3 meses.
- Crónica: representa el 10-20% de los casos, y la prevalencia es menor que la categoría anterior. El dolor duró más de 12 semanas.
Además de la naturaleza del dolor en sí, también depende de la postura y las actividades del paciente. Por este motivo, es un término descriptivo, con poca o ninguna referencia a la fisiopatología de los individuos que padecen la enfermedad. En definitiva, la lumbalgia es la manifestación de diversas entidades con distintas manifestaciones patológicas, las cuales tienen efectos y severidad diferentes según cada situación.
Causas del dolor lumbar
Esperamos proporcionarle una tabla de las causas más probables de dolor lumbar, pero nos preocupa que esto sea imposible. En todos los casos de lumbalgia, solo del 10% al 15% de los pacientes tienen una causa específica, que se puede encontrar a través de diversos exámenes médicos. Los pacientes con lesiones leves pueden reportar un dolor indescriptible, mientras que los pacientes con discapacidades y los pacientes moribundos pueden aliviar el malestar. Estos hechos pueden deberse a la complejidad de la estructura ósea y nerviosa involucrada en este tipo de patología.
En cualquier caso, una de las causas comúnmente sospechadas cuando no se trata de una entidad clínica grave suele ser una distensión de los músculos o ligamentos de la espalda. Al levantar objetos pesados, moverse de forma brusca o sin entrenamiento previo, ciertos elementos que intervienen en el sistema de movimiento pueden provocar pequeñas lágrimas, que más o menos se convierten en dolor.
Además, a medida que envejecemos, los músculos y tendones pierden fuerza. Por lo general, a partir de cierta edad, sentiremos un dolor que antes no teníamos, porque ninguna estructura orgánica puede resistir completamente el paso del tiempo. En cualquier caso, nos han llamado la atención los siguientes datos: la lumbalgia presenta un pico epidémico entre los 35 y los 55 años, y los ancianos son menos frecuentes que la población adulta.
Esto puede deberse a muchos factores: los ancianos tienen un trabajo físico reducido, suelen soportar menos presión, o simplemente otros dolores más severos que enmascaran las molestias que pueden ocasionar la lumbalgia. Otra explicación más grave es el "efecto de supervivencia", que significa que las personas con lumbalgia crónica debido a tumores y otras enfermedades pueden morir antes de envejecer. En este punto, solo podemos especular.
Los síntomas del dolor lumbar
Tras consultar portales profesionales sobre temas como SPINE-health y otros centros de fisioterapia, te mostramos una lista de los síntomas más comunes provocados por el dolor lumbar. En todas las manifestaciones clínicas, encontramos lo siguiente:
- Es difícil moverse. Esto puede ser leve o grave y, en los casos más graves, ni siquiera el paciente puede ponerse de pie o levantarse.
- No hay dolor en las piernas, ni a través de la ingle, glúteos o muslos si falla. Rara vez va por debajo de la rodilla.
- Dolor en las siguientes partes del cuerpo: ciática, a nivel de muslos, glúteos, glúteos o riñones.
- Al palpar el área afectada, los espasmos musculares pueden causar un dolor intenso.
Una vez más, hay que destacar que la lumbalgia no es una enfermedad en sí misma, sino el resultado de una serie de causas. Por lo tanto, algunas personas pueden sentir un dolor leve, mientras que otras pueden sentir una incomodidad insoportable, según el umbral de dolor de la persona y la causa de cada afección.
Tratamiento
El tratamiento del dolor lumbar depende del historial médico del paciente y de la gravedad del dolor. Por ejemplo, si un tumor neoplásico pinza los nervios de la columna, la resolución del dolor lumbar no es importante en sí misma y se requieren tratamientos como quimioterapia, radioterapia y cirugía de emergencia. Por otro lado, si el síndrome es idiopático (se desconoce la causa), existe casi el mismo margen para intentar controlar el dolor de la mejor manera. El médico determinará el método específico para cada condición.
Por ejemplo, a menudo es útil utilizar compresas frías de gel en pacientes que padecen dolor lumbar agudo. Si se usa alternativamente con compresas calientes, puede ayudar a reducir la inflamación en el área afectada. También se recomienda reducir o controlar toda la actividad física durante los episodios de dolor, excepto los comportamientos normales necesarios para que el individuo se convierta en parte de la sociedad, como comer, socializar o ir a trabajar.
Por otro lado, la medicación suele ser un buen aliado. A menudo, bajo supervisión médica constante, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios, relajantes musculares y otros medicamentos a personas con analgesia más intensa. En estos casos, la fisioterapia también ayuda mucho, porque ayuda a mantener una buena postura y recomienda métodos de ejercicio según cada paciente.
Prevención
Prevenir la lumbalgia es difícil porque todos lo sufrimos en algún momento, porque operar en un plano tridimensional significa exigencias físicas, ejercicio, estiramientos y microfracturas. No debemos preocuparnos demasiado, porque los posibles riesgos no interrumpirán nuestro trabajo diario.
En cualquier caso, por ejemplo, siempre es buena idea mantener una postura e higiene adecuadas, no hacer ejercicios demasiado exigentes ni intentar dormir en un colchón de alta calidad sin un entrenamiento previo. Aunque esto no eliminará la posibilidad de dolor lumbar, ciertamente reducirá el riesgo de que ocurra.